La otra danza....

Hasta el momento me he alejado de la rutina personal para probar lugares nuevos dos veces. Primero fue la comuna de Alto Palena, en el comienzo de la Patagonia chilena y ahora, estoy terminando con la ciudad belga de Gent.

Estos cambios en el momento oportuno, me han permitido tomar perspectiva y ver lo propio desde otro ángulo, ayudando a evaluar la manera en que se está viviendo, cuando la "máquina" toma esa inercia veloz que, de manera casi inconsciente, nos hace pasar los días incluso sin notarlos.

La necesidad de bajar las revoluciones, es herencia de Palena, donde las personas se tomaban el tiempo de realmente hablar, más allá de ese "como 'tay" "bien y tú" "bien también" y lo vivido allí se procesaba más, porque existía el tiempo para hacerlo y ese fue el aprendizaje, traer esa calma a la rutina que se acelera por el bio ritmo personal. De Gent, la bicicleta, el reciclaje, usar tu propia bolsa en el supermercado y por sobre todo, valorar sobremanera lo construido.

Pero hay un punto común que hoy me llama la atención.

Sin planes de hacerlo, en ambos lugares hay algo que aparece de manera automática, sorpresiva, casi del destino (cosa en la que no creo tanto, pero bueno).

En algún minuto en el sur, me ofrecieron dictar un pequeño taller de danza a los alumnos de la escuela, que resultó un éxito. Casualmente, para mi cumpleaños hubo que presentar el resultado final, en una emotiva muestra de que sólo la falta de oportunidades, aleja a algunos jóvenes de este tipo de cosas.

Este fin de semana en Gent, hubo una función muy esperada llamada "The Porcelain Proyect" por la Need Company. Me enteré sólo el día anterior y cuando fui a comprar la entrada, estaba todo vendido. Pésimo.

El día de la función recibí un llamado de unos amigos locales. SORPRESA. No alcanzaban a llegar a la función, así que habían dejado sus tickets a mi nombre en la puerta... Esto la misma semana en que había logrado encontrar un lugar donde tomar clases, después de buscar sin suerte, hasta el punto de empezar a cuestionar si, a lo mejor era momento de simplemente, dar la razón a todos los que me han dicho que es una pérdida de tiempo y parar de bailar definitivamente.

En fin, la obra, demasiado contemporánea para mi gusto, con harto concepto y bien poco baile, era interesante porque planteaba una crítica la monarquía local, entre otras cosas. Pero lo que rescaté yo, fueron estas inaguantables ganas de bailar, de contactarme con esa sensación liberadora que sólo el movimiento, casi como el sexo, genera en mi y de sentir esa actividad corporal que despierta, revitaliza y aliviana.

Bueno, de ahí a youtube. Trabajos que hacen que el cuerpo reaccione automáticamente. Se mueva, se emocione o, simlpemente, den más ganas que la mierda de bailar.



Porque para mi bailar es pasarlo bacán, reirse solo y aunque se odie a veces, terminar siempre queriendo más.



Pero también, emocionarse hasta las lágrimas, maravillarse con lo que se puede transmitir, sorprenderse, pero principalmente hablar sin hablar. Callarse, otro de los ejercicios que trabajo por aprender, SILENCIO.



Espero no aburrir a nadie (si es que alguien lee je!), pero al menos miren los videos, son sólo trabajos muy conocidos, que me gustan mucho. Y por supuesto que hay millones más, pero son sólo una muestra de danza jazz, neo clásica, contemporánea. Por ahora dejo afuera, el ballet, las danzas africanas, pero como internet aguanta todo, quizás pa la otra.
Finalmente, un extracto de un trabajo penquista en que me gustó mucho participar. Cariños a todos los profesores y compañeros dancísticos, con los que existe una conexión que se entiende únicamente si se baila.