lunes, 25 de mayo de 2009

Fin de semana largo y las ganas de jubilar....

Después de mucho no aparecer por este espacio, me debo declarar como un formidable absorbido por una máquina de quehaceres veloces, que dejan a penas espacio para la familia y los amigos. Por eso este fin de semana, con un sin fin de emociones, desde el miércoles se empeñó en SAMARREARME EL INCONSCIENTE y hacerme despertar de esta inercia. Los hechos son:

1.- He sido llamado "infantil y sobrebio" "con la soberbia de quien no ha sufrido nada y todo le ha salido bien en la vida" (...los comentarios ahorita...)

2.- Despedí a una de las personas más importantes de mi vida, que aunque sólo se cambia de continente, me ha dejado con una sensación más que extraña de temor a que me falte siempre (... los comentarios ahorita...)


Así las cosas, luego del huracán que viví este fin de semana, parece que quisiera jubilar, cultivar mi jardín, pasear a mi perro o simplemente alimentar a las palomas en el parque. Si alguien puede recordar cómo se siente que te atropelle un auto o algo así, entenderá que soy un exagerado (siempre lo he sido) pero así me siento.

Soberbio, en este país, se le dice a todo aquél que hable un poco más fuerte que el resto, que tenga sus ideas relativamente más claras y que entienda que el correcto funcionamiento de las cosas no es sólo un ideal, sino un deber. Por otra parte, si le agregamos un delantal blanco y alguien joven en un cargo importante, se suman todos los resentimientos de personas que creen que, por ser joven, uno se cree el dueño del mundo o, porque no tiene hijos, no tiene vida en absoluto. La falta de respeto me superó, puede que pierda mi trabajo y no supe qué decir, así de simple: PATÉ. Porque nunca me habían tratado tan mal y no supe cómo reaccionar ante soberana injusticia y abuso.

En fin, siguieron los días y las despedidas llegaron con la sobredosis de amor más grande desde los fines de semana que siguieron mi llegada de Europa (claro que amor de otro tipo esta vez). Mis amigos me hicieron recordar que hablar claro no es soberbia, aunque vivamos en un país donde "nunca quedar mal con nadie" es la forma de sociabilizar.

Mis amores de la vida (incluida esa persona que faltó en París) me devolvieron la confianza y las ganas de mejorar a diario.

Aprenderé a decir las mismas cosas, pero más inteligentemente, mantieniendo la esencia personal por sobre todas las cosas, porque como dijo otra de mis amadas, "poca gente tiene tanto amor como nosotros" y eso no es soberbia, es una realidad al menos para nosotros. Por lo tanto, no puedo ser un ser tan despreciable y altanero, NUNCA he mirado en menos a nadie, me criaron en un ambiente de igualdad y no discriminación, pura aceptación.

Pido disculpas por mi vehemencia y lo enfático que me pongo a veces, pero no pido perdón por mi pasión, ni por la forma en que vivo esta vida intensamente, porque no sé hacerlo de otra forma y no creo en la tibieza, soy latino y a mucha honra. Aunque a veces quiera jubilarme.


Para entender

Para entender