lunes, 16 de febrero de 2015

La Historia SIN Fin



Los últimos años han sido como un gran teleserie (ya bueno puede que no tan grande), como me imagino que será la vida para todas las personas. En este caso, con el aderezo especial de mi exageración de base y un toque de dramatismo, esta historia ha recorrido caminos de amor y desamor, de bien y mal, de luz y oscuridad, de perderse y encontrarse, en fin, lo mismo que le pasa a todas las personas. Entonces acá estoy de vuelta, en un balance con cara de historia real, pero no tanto...

Comienza la historia con varios años de felicidad bastante plena. En una casa embrujada por una Mujer Caminante, que recibía a los invitados con alegría, pero que generaba una incertidumbre, como adivinando que sería sólo un reposo breve para quienes pasaron por ahí. 

Esta era una casa de tres pisos en un barrio antiguo de la ciudad. Apareció luego de una intensa y larga búsqueda, como el lugar perfecto y, aunque algo en ella intimidaba, acogió esta historia con bondad para casi todos los personajes. La Casa Verde como le llamaremos, estaba llena de esa luz que en invierno te arrulla para dormir siesta y que te mantiene lleno de energía en el verano. Sus diversos espacios, incluían acogedores salones con escaleras misteriosas, compartimientos imposibles de abrir y silenciosas habitaciones donde las ideas fluirían libremente. Así fue entonces como esta casa, recibió la familia cuya historia empezamos a relatar.

Esta familia, como venida del país de nunca jamás, reunía sólo a niños que ya no lo eran tanto. Tres en número y con una sola mujer en el equipo, compartían espacios en una armonía inexplicable. Ella era dispersa y desconectada; el Mayor de los varones, extrovertido y temperamental, mientras que el joven de menor edad, tímido y silencioso, logró entender la Casa Verde y transformarse en el responsable de toda la magia que allí ocurrió. 

Invitados hubo a repetición con presencias habituales que llenaron de alegría la casa verde y a sus habitantes, de carne y hueso o sin cuerpo, como la Mujer Caminante. Estaba la Mujer Fuerte, que se repuso gracias a la magia de la Casa Verde de un gran dolor; el Hombre de Tierra, que aportó bella energía a la familia y finalmente; la Mujer de Risa, que a pesar de su alegría fue derrotada por la Mujer Caminante y asustada fuera.

Las aventuras y buenos momentos de la Casa Verde se terminaron abruptamente, en un remezón que cambió la forma de vivir de esta familia de nunca jamás y que probablemente alcanzó incluso a remecer la forma en que todos percibían el mundo. Obligados a buscar refugio por separado, los niños tuvieron que volver a la cueva oscura que los recibió antiguamente por primera vez, mientras que la niña buscó un lugar donde comenzar su propia historia, que terminaría por transformarla en un adulto, pero que nunca olvidaría nunca jamás.

Como en toda emergencia, ninguno de los niños se detuvo a pensar que volver los pasos andados podía ser nefasto, porque el mundo y su gente deben avanzar. Y así fue. El terremoto trajo consigo la destrucción suficiente para que la comodidad y magia del periodo anterior fueran cediendo ante este golpe de realidad, que permanecía en las mentes de los niños incluso pasado mucho tiempo del remezón inicial. Esta versión de nunca jamás fue agrientándose en la medida que sus integrantes crecían, sin darse cuenta que la vida los alejaba y que la magia de su vida juntos, desaparecería en breve.

Pasado un tiempo el Mayor de ellos decidiría irse, creyendo que era momento de experimentar otras cosas y ver el mundo. A pesar de los intentos del Menor, la distancia entre ambos se acrecentó con cada día que pasaban separados. El Mayor era obstinado y necesitaba triunfar fuera de nunca jamás, hasta que finalmente perdieron contacto y la magia que hacían juntos fue almacenada en los ojos de cada uno, aunque nunca se apagó del todo.

Así comienza el intento del Mayor por funcionar en el mundo como adulto. En este nuevo camino, más concreto y doloroso, se encontró con el Lobo que lo guiaría por un tiempo y con el Hombre Sabio que le ayudaría a entender. Lobo era interesante para el Mayor, confuso e hipnótico, lo llevó por caminos entretenidos y a veces no tanto, en los que se podría haber perdido de no ser por Hombre Sabio.

Los desafíos que se planteaban para el Menor, tampoco eran simples. Debió crecer obligadamente sin la protección de Mayor, hacerse cargo de cosas que nunca había hecho. Ponerse primero en la línea. Vaticinado por la hermana Madre de Menor, todo esto era lo que necesitaba para salir de nunca jamás y ser adulto, así que Menor abandonó por fuerza este mágico lugar, transformado en un hombre resuelto, pero con una tristeza en la mirada que sólo era disipada por esa magia que todavía guarda en sus ojos.

El tiempo pasó y Lobo se quedaba, en su tarea de humanizar al Mayor y enseñarle a vivir sin magia, con pura realidad. Cada uno decidió buscar su camino en lugares aún más ajenos. Visitaron y exploraron juntos, sacando lo peor y lo mejor de cada uno, hasta que Mayor, ya cansado de los juegos del Lobo, decidió que ya había aprendido lo suficiente y lo dejó ir, porque los lobos son así, buenos compañeros pero sólo por un tiempo.

Ahora cada uno seguirá con sus caminos. Ella encontró un niño Grande que la cuida y la quiere, es una mujer productiva, pero que nunca dejará de ser un poco niña. Mujer Fuerte, nunca volvió a sufrir como sufrió en la Casa Verde, porque se llevó consigo parte de esa alegría y la lleva consigo a todas partes. Hombre de Tierra tiene dos hijas y lleva su familia con la misma energía bella de siempre, habrá que estar atento a esas historias también. Mujer de Risa volvió a su lugar de origen, pero nunca perdió la risa ni el recuerdo de la Casa Verde, que le enseñó a cuidar el valor de su alegría. Lobo se volvió a su bosque y no sabremos que pasó con él, pero esperamos que logre dejar de ser lobo y encontrar lo que necesita. 

Mayor y Menor nunca perderán esa magia compartida, ni la familiaridad que los une. Mayor seguirá explorando, sin claridad del destino de su viaje y Menor seguirá siendo dueño de la magia, esperando volver a sacarla de sus ojos y construir la versión adulta de esta historia, que como todas es una historia que nunca terminará de escribirse, una historia sin fin....

1 comentario:

Anónimo dijo...

La vida y el tiempo se encarga de cambiar hasta el color de las casas, el lobo envejece y se pierde en su propio bosque, la grandilocuencia se llena de madurez, se forma mas reflexiva, la reina del medio, pone la objetividad, el mayor vuela, debe buscar la calma en su belleza interior, es un gran referenteara el menor, bellos y sabios ambos, mujer caminiante, creciocon ellos y hoy solo sabe amarles desde su propio vuelo.

Historia de nunca jamas o sin din, debe seguir evolucionando siempre con el amor de base,......el amor también es una historia
sin fin........

Para entender

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